Las varices son un problema estético que llega a afectar hasta un 60% de las mujeres y un 40% de los hombres, casi siempre en las piernas. Provocadas por un fallo en las válvulas venosas, son una acumulación de sangre acompañada por una dilatación, siendo claramente visibles desde el exterior y una fuente de inseguridad para quien las padece. Para poder eliminar esta alteración de forma efectiva es necesario un tratamiento específico y centralizado que asegure que no van a volver a aparecer.
En las venas sanas, las válvulas situadas en sus paredes interiores mantienen la sangre en movimiento, procurando un correcto retorno al corazón. Sin embargo, las venas varicosas son el resultado de válvulas venosas defectuosas o de paredes venosas débiles, razón por la cual aparecen síntomas como la hinchazón, la pesadez, los calambres, los picores o el ardor localizado en las piernas.
La escleroterapia es el tratamiento enfocado a mejorar las alteraciones en las venas varicosas. No obstante, antes de iniciar cualquier protocolo es fundamental realizar una buena exploración física para conocer al detalle el estado del sistema venoso.
Tipos de venas varicosas
La clasificación de las diferentes venas varicosas se debe a su forma y a su origen:
- Tronculares: son dilataciones venosas subcutáneas con relieve sobre la piel, nacidas de afectaciones a venas profundas.
- Reticulares: son varices subcutáneas de pequeño tamaño que se disponen formando una retícula.
- En escoba: son micro-varices que se disponen en forma de árbol.
- Arañas vasculares: son dilataciones venosas de aspecto estrellado.
- Telangectasias: son dilataciones de venas intradérmicas de un diámetro inferior a 1 milímetro.
Para eliminar estos tipos de varices, existen en el campo de la medicina estética diversos métodos.
Esclerosis
Esta técnica consiste en inyectar un líquido esclerosante en el interior de la vena, mediante una aguja muy fina, con el propósito de cerrar la vena gracias a la irritación química provocada en la pared de la vena y permitiendo que la sangre circule por las venas sanas sin privar a la piel de la circulación necesaria. El cierre se logra de forma gradual y natural, pudiendo apreciar los resultados finales tras 12 semanas y, aunque se requieren varias sesiones (un mínimo de 3), la sesión apenas provoca dolor y no impide después realizar las tareas habituales. Además, las alergias y reacciones adversas son muy poco frecuentes (aunque no imposibles).
Fotoesclerosis o Láser percutáneo
El láser para tratamiento de varices aplicado sobre la piel trabaja sólo sobre el color rojo de la sangre, calentando la zona y provocando una lesión en la pared de la vena para inducir la coagulación de la sangre y la posterior esclerosis de la variz. La vena cerrada por el efecto térmico del láser genera un fenómeno de reparación tisular que ocasiona su reabsorción, por lo que la vena tratada desaparece visual y físicamente.
El láser utilizado en este tratamiento es el Láser Neodimio-Yag, con una longitud de onda de 1064nm, la más específica para su absorción por la hemoglobina sin que se disperse por los tejidos de alrededor. Penetra a una profundidad máxima de 3mm, que es donde se encuentran las venas a tratar y transmite la suficiente energía para calentar la vena sin lesionar la epidermis, coagulando lentamente los vasos sin afectar a los tejidos circundantes. Los mejores resultados se obtienen en venas con un diámetro inferior a 3mm, pudiendo ser azules o rojas.
El tratamiento de fotoesclerosis se hace en varias sesiones consecutivas, separadas por un período de 4 a 8 semanas. La sesión es muy poco dolorosa y no requiere de anestesia local ni medicación analgésica. Los resultados son visibles desde la primera sesión, aunque no definitivos hasta pasadas unas semanas del fin del tratamiento. En muy pocos casos puede aparecer en la zona tratada un pequeño entramado de diminutos capilares de aspecto rosado, que suelen desaparecer de forma espontánea o con una nueva sesión de láser. Los únicos efectos secundarios del tratamiento suelen ser lesiones superficiales que desaparecen al poco tiempo, como pequeñas ampollas, crostitas o pigmentaciones. Justo después del tratamiento no es recomendable hacer ejercicio intenso o tomar baños muy calientes y es importante utilizar protección solar alta (50 SPF) durante las dos semanas posteriores.
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