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La ultracavitación

1920 710 MARIOLA

ultracavitacionEl fenómeno de la cavitación sigue siendo en muchos casos desconocido y objeto de discusión entre los profesionales de la estética. Sin embargo, su evolución en el sector ha permitido que cada vez sea una de las técnicas más avanzadas en reducción y remodelación corporal.

Durante muchos años hemos buscado la manera de destruir las células grasas sin pasar necesariamente por quirófano. Hasta ahora, los equipos técnicos y las terapias manuales han permitido reducir el volumen de los adipositos subcutáneos y de mejorar su drenaje por los emunctorios naturales; sin embargo, estos tratamientos no eran definitivos ni se mantenían en el tiempo, pues no se lograba la destrucción de los mismos.

En clínica Cenydiet, lo llevamos utilizando durante años. Los resultados son fantasticos

El uso del ultrasonido, y en concreto, uno de sus efectos que es la cavitación del tejido graso ha sido la gran revolución para conseguir la eliminación definitiva de los adipositos sin necesidad de una liposucción.

Este resultado se consigue cuando se encuentra la frecuencia eficaz para conseguir el efecto de cavitación deseada y que sea selectiva del tejido graso, es decir, que no afecte a otras estructuras.

No todos los equipos de ultrasonidos emiten a la frecuencia deseada; la gran mayoría emiten a una frecuencia fija, que se debe al material utilizado en el transductor. La frecuencia determina el distinto grado de penetración en los tejidos biológicos. Los equipos de alta frecuencia (2 a 20 MHz) tienen una función diagnóstica, los de media frecuencia (0,7 a 2 MHz) son desfibrosantes utilizados en fisioterapia, y los de baja frecuencia (20 a 100 KHz) son los únicos que tratan las lipodistrofias. La profundidad de penetración de un ultrasonido en el tejido es inversamente proporcional a la frecuencia. Cuando se usan bajas frecuencias, la penetración es mayor, la capacidad de compresión es mayor y disminuye el efecto térmico. Con esto se consigue generar campos de cavitación estable y mayor efectividad.

Pero, ¿qué es exactamente la cavitación?
Es un fenómeno físico que ocurre cuando un líquido está sometido a una frecuencia de 20 KHz hasta 10MHz. Cuando una onda sonora golpea un tejido, determina una presión positiva (llamada compresión) que a su vez genera una onda negativa (llamada rarefacción). Si la presión de rarefacción es suficientemente grande se pueden generar unas microburbujas o extender las ya existentes. Las burbujas de implosión colapsan y generan un calor localizado. Este fenómeno produce la ruptura de la membrana del adiposito, liberando así los triglicéridos y emulsionándolos para ser drenados por las vías linfáticas y venosas. La cavitación provoca cambios físicos en la grasa y la hace soluble en agua, por lo que dichas grasas serán eliminadas finalmente por la orina.

Entonces, ya podemos entender por qué la Ultracavitación ha sido tan cuestionada. No todos los equipos trabajan en un rango de frecuencias que permitan llegar al tejido adiposo ni producir esos fenómenos de cavitación; otros no consiguen una cavitación estable necesaria para conseguir estos efectos y en otros casos la técnica de aplicación puede ser incorrecta.

Aplicaciones de la Ultracavitación
Está indicada para tratamientos de grasa subcutánea localizada, es decir, en una persona con normopeso o sobrepeso ligero, con una zona grasa resistente a la dieta y el ejercicio físico, grasa del tejido subcutáneo fácilmente “pellizcable” por los dedos del terapeuta. Esta grasa suele localizarse en abdomen, flancos, cara interna del muslo y rodilla, pliegues de la espalda y en brazos. Las pacientes con celulitis en trocánteres (cartucheras) también pueden beneficiarse de este tratamiento, pues en la celulitis existe un componente graso que es susceptible de ser tratado con cavitación. Sin embargo, no debemos olvidar que la celulitis no depende exclusivamente de la grasa, sino intervienen también una insuficiencia venosa y linfática que producen la congestión del tejido dérmico y subdérmico, y que deberían ser tratados concomitantemente para obtener el resultado deseado.

Tratamiento
En función de si se aplica o no la técnica de hidrolipoclasia previa al tratamiento para optimizar y acelerar los resultados, el número de sesiones variará entre 2 y 10, aproximadamente. El tiempo de aplicación por sesión no deberá exceder los 45 a 60 minutos máximo para no saturar al sistema de drenaje, ya que si esa grasa liberada no es eliminada podría reorganizarse de nuevo para acumularse en otros adipositos.

Por tanto, después de cada sesión de ultracavitación es imprescindible apoyar al paciente con drenaje linfático manual, presoterapia mecánica, mesoterapia homeopática drenante e incluso radiofrecuencia. El tratamiento es indoloro y los resultados se obtienen desde la primera aplicación.

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