Acaba el verano y una vez más te propones perder esa grasa de más que te has calzado en el abdomen. Preguntas a amigos, familiares y sitios web varios qué puedes hacer para adelgazar. Te recomiendan una dieta ‘fantástica’ con la que menganito perdió como 15 kilos en un mes y una semana después a ti te sigue sin abrochar el botón del pantalón. Relax. Esto es lo que estás haciendo mal y tiene solución.
Partimos de la base de que ponerse a dieta y perder peso ni es rápido ni, la mayoría de las veces, divertido. Así ocurre que muchas veces nos desesperamos antes de tiempo y abortamos plan sin haber perdido ni 500 gramos. Mal. No puedes renunciar antes de haber empezado.
Como explica Amanda Woerner en el Daily Burn, lo primero es establecer unos objetivos (realistas) y, en función de los mismos, averiguar qué tienes que hacer para alcanzarlos. No se trata de renunciar a tus platos preferidos ni de cambiar tu estilo de vida de la noche a la mañana. Hay formas más inteligentes y racionales para conseguir perder peso, y estas son las cinco más factibles que puedes poner en marcha desde hoy mismo.
1. Piensa a corto plazo
Aunque puedas pensar que la idea es modificar tus hábitos alimenticios a largo plazo, tampoco te puedes obsesionar con cuántos kilos adelgazarás de aquí a seis meses vista. “Trata de averiguar hasta dónde quieres llegar la próxima semana, no de aquí a dos años”, explica la nutricionista y portavoz de la Academy of Nutrition and Dietetics Heather Mangieri.
Dependiendo de nuestro índice de masa corporal, la cantidad de kilos que pretendamos perder, el estilo de vida que llevemos o las posibilidades que tengamos de cambiar nuestras rutinas, nos resultará más o menos fácil adelgazar. Para no desesperarte a la primera de cambio, presta atención a tus triunfos inmediatos: resulta mucho más motivador que pensar en lo fenomenal que estarás de aquí a unos meses.
2. Encuentra una dieta a tu medida
“Por lo general, para conseguir perder peso hay que hace algún tipo de cambio en nuestra dieta”, sentencia Mangieri. No es que hasta ahora hayas estado comiendo fatal, pero suele ocurrir que todos tenemos pequeñas manías alimenticias que nos impiden adelgazar. Y una dieta fructífera parte de que acabes con ellos. El pan, determinados refrescos, platos demasiado abundantes, algunos picares, las tardes de cañas…
“Creo que el error más grande que comete la gente es pensar que tiene que hacer un cambio drástico en su alimentación”, relata Mangieri. Tampoco hay que renunciar a todos los alimentos, sino readaptarlos. Pan integral, bebidas sin azúcar, porciones más pequeñas, dos cervezas en lugar de una litrona o pasarte al vino. Hay soluciones sencillas y poco condenatorias. “Los cambios en la alimentación pueden ser notables pero serán de corta duración si no se integran en tu nuevo estilo vida”, sentencia la experta.
3. Sí, también tienes que ir al gimnasio
Si no es la primera vez que te propones perder unos kilos, ya habrás descubierto que igual que mantener una dieta estricta desde el sofá de tu casa no sirve de nada, hincharte a largas sesiones de gimnasio sin controlar lo que comes es igualmente contraproducente.
Lo mejor practicar algún deporte o simplemente obligarte a caminar media hora todos los días es que te sentirás motivado con tu objetivo de perder peso, procurarás no saltarte el régimen y tu estado de ánimo se verá recompensado por tantos esfuerzos físicos y mentales. Igual que te has quitado determinado alimento y poco a poco te ves capaz de restringirte más, empiezarás por correr 15 minutos, que después serán 30… y así hasta convertirlo en un hábito.
4. Ponte unas metas alcanzables
No es cuestión de días, ni incluso de semanas. Aunque pongas el foco de atención en tus logros a corto plazo para animarte y ver que tus objetivos pueden ser realizables, no puedes esperar que en siete días el tema esté finiquitado. “Lo normal es quitarnos poco más de kilo y medio a la semana.”
Suele ocurrir que cuando hay un exceso de peso notable, los primeros kilos se pierden más rápidamente y, a medida que pasan los días, la persona ve como su adelgazamiento progresivo se estanca. Es normal.
Lo que no podemos hacer es desesperarnos y empezar a saltarnos la dieta y el ejercicio porque ya no sirven para nada, entre otras cosas porque la sensación de fracaso puede derivar en depresión. Con calma. Recuerda que quieres corregir tus hábitos erróneos y empezar una nueva forma de alimentación, no amargarte la existencia.
5. ‘Lo estás haciendo bien’, felicítate
Claro que sí. Encima que te estás esforzando y, aunque no hayas perdido 10 kilos de sopetón, no te saltas la dieta y el ejercicio ni un día, qué menos que darte unas palmaditas en la espalda.
Mejor aún si además de darte la enhorabuena queda constancia de tus logros por escrito: “Las personas que utilizan cuaderno y bolígrafo o cualquiera de las múltiples aplicaciones existentes para llevar el seguimiento del consumo de alimentos y actividad
Mejor aún si además de darte la enhorabuena queda constancia de tus logros por escrito: “Las personas que utilizan cuaderno y bolígrafo o cualquiera de las múltiples aplicaciones existentes para llevar el seguimiento del consumo de alimentos y actividad física realizada son más proclives a continuar su plan de dieta a largo plazo. De esta manera, puedes ir viendo qué régimen te funcionó mejor o qué errores cometiste durante equis días. E incluso darte un homenaje una semana porque estás perdiendo peso mucho más rápido de lo que esperabas.
Dejar una Respuesta