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Cómo prevenir las varices

1127 888 MARIOLA

Cuántos quebraderos de cabeza nos pueden traer las piernas! Que si celulitis, acumulación de grasa en muslos y rodillas, estrías…pero hay uno que a partir de cierta edad nos preocupa en demasía: ¡las varices!

Tú te encargas de mimarte y de que tu piel esté a punto, pero las dichosas varices aparecen sin avisar y dan al traste con todos tus planes de lucir pierna. Se acabaron los vestidos cortos, las minifaldas y los pantaloncitos… ¿o acaban de empezar? Conoce a tus pequeñas enemigas y descubre cómo deshacerte de ellas ¡Disparar las balas adecuadas es la clave para acabar con estas forajidas! Así que…¡mucha atención a lo que viene!

Las varices son dilataciones venosas que impiden que la sangre fluya de forma adecuada por nuestro sistema circulatorio.
Nuestras venas tienen un sistema gracias al que la sangre puede fluir unidireccionalmente hasta nuestro corazón y no refluir al resto del organismo a través de ellas. El recorrido de la sangre por nuestro cuerpo comienza en el corazón, músculo encargado de bombearla por todo nuestro cuerpo. Trasportarla por cada rincón de nuestro organismo no es ni mucho menos una tarea sencilla y para ello, las venas y arterias se valen de válvulas que actúan como puertas e impiden que la sangre se transporte de forma unidireccional.
Cuando las válvulas pierden su fuelle, es posible que la sangre se quede parada en las venas haciendo que éstas se dilaten, por lo tanto, en resumidas cuentas una variz es una vena que se ha dilatado debido a un estancamiento de sangre en su interior.

Este problema se suele situar sobre todo en el tronco inferior, aunque también puede aparecer en el esófago, en los testículos y de forma más común en la región anal, dando lugar a lo que conocemos como hemorroides o almorranas.

La razón por la que piernas, pies y tobillos son las zonas más proclives a sufrir este problema, es puramente física: se debe a la gravedad. Son las áreas más alejadas del corazón y la gravedad hace que la sangre fluya desde el corazón hacia ellas de forma perfectamente normal, pero implica que las venas tengan que trabajar mucho más duro que sus primas las arterias para retornar la sangre al corazón.

Las trabas que provocan las varices no son únicamente estéticas, puesto que las personas que las poseen también notan molestias al caminar al notar las piernas mucho más pesadas y doloridas y aunque se pueden poner remedios temporales, es importante que tengamos en cuenta de que esas molestias pueden ir a más.
Las personas más propensas a la aparición de varices

En la aparición de varices intervienen varios factores de riesgo; en este caso la edad y el sexo sí que influyen en su proceso de formación, aunque como veremos a continuación no son los únicos elementos.

  • Edad: las varices suelen comenzar a aparecer alrededor de los 30 años y se siguen desarrollando hasta los 70. Cuanto más aumenta la edad, mayor es el debilitamiento del recubrimiento elástico de las venas, por lo que es mucho más sencillo que las válvulas se encasquillen.
  • Sexo: las mujeres son especialmente proclives al desarrollo de venas varicosas, sobre todo por el tipo de hormonas particulares que segrega su organismo y que influyen en el sistema circulatorio, especialmente la progesterona producida en los ovarios. Por otro lado, las mujeres que han tenido embarazos múltiples tienen más papeletas para sufrirlas debido en gran medida a las alteraciones hormonales que se producen durante el proceso de gestación.
  • Inactividad física: permanecer mucho tiempo de pie o sentado de forma prolongada incrementa la presión de la columna venosa, lo que dificulta el ascenso de la sangre al corazón. Por otro lado, tener una vida sedentaria hace que los músculos de las piernas se debiliten, lo que impide que ayuden a las venas a cumplir su función de forma eficaz.
  • Obesidad y sobrepeso: diversos estudios han constatado que las personas que padecen problemas de sobrepeso tienen más posibilidades de tener varices, puesto que requieren mayor actividad del sistema circulatorio para su correcta circulación.
  • Genética: aunque no se ha encontrado la causa exacta de por qué las varices se pueden transmitir de generación en generación, se ha demostrado que esto ocurre. Tiene que ver sobre todo con la herencia de una debilidad generalizada del tejido conectivo, lo que provoca una pérdida de la tonificación de las paredes venosas.

¿Cómo evitar la aparición de varices?

  • La base para evitar la aparición de las varices es ceñirse a diferentes procesos que permitan agilizar de nuevo la circulación de la sangre a través de nuestras venas.
  • Emplear ropa holgada que permita que la piel transpire y la sangre fluya. Las prendas ajustadas suelen ejercer demasiada presión en cintura, piernas e ingles, lo que dificulta el tránsito de la sangre.
  • Mantener un peso adecuado, para lo que es esencial seguir una dieta equilibrada y desterrar por completo los hábitos de una vida sedentaria.
  • Permanecer poco tiempo en la misma postura. Se recomienda dedicar unos minutos después de cada hora a estirar las piernas y mantenernos en movimiento para evitar la atrofia de la circulación.
  • Consumir vitaminas provenientes de fuentes naturales, especialmente la C, encargada de la formación del colágeno y la elastina.
  • Dejar de fumar. Las toxinas del tabaco provocan un espesamiento de la sangre y reducen los niveles de oxígeno, lo que ralentiza el torrente sanguíneo.

Qué hacer cuando ya es demasiado tarde

Apunta bien y elige al especialista adecuado, porque estás a punto de disparar la bala definitiva para acabar con las varices, se trata del tratamiento de láser vascular y ha llegado a tus piernas para quedarse definitivamente.

La eliminación de las varices mediante láser es un proceso completamente indoloro, seguro y sobre todo de rápida y sencilla realización. El sistema es muy similar al que se emplea en la depilación láser, pero el dispositivo es capaz de penetrar en capas más profundas de la piel gracias a que abarca una amplitud de onda mucho mayor.

La función del láser es calentar tanto la hemoglobina como las paredes de las válvulas, lo que provoca que tras unos segundos de aplicación, la vena se reabsorba, haciendo que tras un número determinado de sesiones acabe por desaparecer por completo, borrando su antiestético rastro de nuestra piel.

La aplicación del láser es completamente inocua y no requiere ni siquiera de crema anestésica ni de un preparamiento previo de la zona por parte del paciente. De lo único que nos tendremos que preocupar una vez que hemos salido de la consulta, será de aplicarnos una crema antiinflamatoria durante tres días.

¡Más vale tarde que nunca! Y si ese ‘tarde’ no nos provoca ningún sufrimiento, mejor que mejor. Las varices no avisan de su aparición, así que ¡píllalas desprevenidas! Y no lo hagas tú tampoco cuando te decidas a eliminarl

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