En telangiectasias, hemangiomas y cuperosis la solución más sencilla y fácil para esconder de forma temporal las venitas que rodean la nariz y las mejillas es el maquillaje o el uso de cremas con color.
Sin embargo, la dermatología ofrece unas alternativas definitivas, entre las que pueden mencionarse:
• Láser. Cuando la cuperosis se encuentra en su estado más avanzado, una de las mejores maneras de eliminar las telangiectasias es empleando el láser vascular, pues éste mejora las reacciones vasomotoras. El rayo láser es un potente regenerador celular que reafirma la piel, da tono muscular, suaviza las arrugas, elimina las líneas de expresión y regula el exceso de grasa. Incide directamente en los capilares activando la circulación sanguínea. Es muy importante que antes de aplicar cualquier tratamiento se deba consultar a un especialista.
El rayo se dirige al capilar venoso seleccionado para que se aumente la temperatura de la sangre, que en milésimas de segundo se coagula y provoca un cambio en la coloración de la piel afectada. El organismo reabsorbe los vasos sanguíneos que el láser puede llegar a quemar y desaparecen.
Esta técnica tiene la cualidad de que el láser puede incidir selectivamente sobre los vasos sanguíneos que provocan la lesión vascular y los corrige sin afectar a tejidos y estructuras cercanos, dejando intacta la piel y su pigmento. El método que emplea el láser es tan efectivo y seguro que está recomendado para el tratamiento de niños a partir de pocas semanas de edad.
Asimismo, es un procedimiento que se realiza en el consultorio y los especialistas mejor equipados cuentan con un instrumento (denominado Dynamic Cooling) que enfría la capa más superficial de la piel, con lo cual disminuyen las posibles molestias, como dolor e inflamación, posteriores al tratamiento.
Durante 2 o 3 semanas la piel de área tratada se verá enrojecida si los vasos son pequeños. El efecto puede durar un mes si son más grandes y los resultados definitivos suelen apreciarse en aproximadamente dos meses. Normalmente se requieren de 1 a 3 sesiones de 10 min, y con un intervalo de un mes entre ellas.
Tanto antes de cada intervención como después, se indica evitar la exposición al sol y a los focos de calor y los cambios bruscos de temperatura, por lo menos seis semanas antes y después. Durante los 10-14 días posteriores la piel tratada presenta coloración rojo-violácea y ligera inflamación.
No obstante, las mejores recomendaciones que se pueden dar para evitar el desarrollo de cuperosis, en especial si se tiene piel blanca y/o sensible, son proteger la piel del frío y del sol, evitar los cambios bruscos y repentinos de temperatura (como en los baños de vapor o en la sauna), moderar y minimizar el consumo de alcohol y alimentos picantes e irritantes, evitar la sal, el tabaco, descansar de 6 a 8 h diarias, evitar todas las emociones que puedan hacer que la presión arterial suba y emplear cosméticos especiales para pieles sensibles con rojeces.
Dejar una Respuesta