Medicina estética en Jaén, Linares
¿Todas las celulitis son iguales?.Definitivamente, la respuesta es no.
Se habla de diferentes tipos de en función de la distribución de los depósitos adiposos y/o de su aspecto y consistencia.
En función de la distribución de los nódulos se distingue entre:
Celulitis generalizada:
Es altamente deformante de la anatomía normal y debe su nombre a que se presenta en casi todas las superficies corporales. Se asocia a personas con problemas de obesidad, mala alimentación y/o estilo de vida sedentario.
Se inicia a edades muy tempranas y requiere una corrección de los factores que provocan su aparición para evitar, con el paso de los años, consecuencias graves sobre la salud más allá de las consideraciones meramente estéticas.
Celulitis regional:
Es la más habitual. Puede afectar a cualquier persona (con independencia de su peso corporal) y se presenta en las zonas clásicas: glúteos, caderas, muslos y rodillas.
Aparece en la pubertad y su evolución está fuertemente condicionada por los cambios asociados al ciclo de madurez sexual femenina.
Celulitis localizada:
Está encuadrada en zonas muy puntuales. Zonas que con frecuencia, no son las habituales (cervicales, brazos, abdomen, tobillo, zona lumbar…). Suele estar causada por algún trastorno específico y, en ocasiones, puede llegar a ser dolorosa.
En función de la consistencia de los depósitos se habla de:
Celulitis dura o compacta:
Es la más frecuente y hace su aparición durante la adolescencia. Los tejidos afectados presentan un aspecto compacto y firme y la masa celulítica está firmemente adherida a los planos superficiales y profundos. Sólo cuando se pinza la zona con los dedos aparece la característica piel de naranja y al hacerlos rotar se puede apreciar la existencia de nódulos de consistencia dura.
Suele asociarse con estrías (por ruptura de las fibras elásticas de la dermis), piel seca, hipotermia y facilidad para amoratarse y formar cardenales tras leves golpes accidentales. Se presenta en mujeres con o sin sobrepeso pero con una buena tonicidad muscular.
Es la que responde mejor al tratamiento.
Celulitis blanda o flácida:
El síntoma definitorio de esta modalidad es la visualización desde cualquier posición. Se ve sin necesidad de efectuar ninguna compresión de la zona. Presenta un aspecto acolchado y de los hoyuelos característicos («piel de naranja»). Aparece en las mujeres de cierta edad que no realizan -ni han realizado durante su vida- ningún tipo de actividad física o que han experimentado procesos súbitos de cambio de peso. El bajo tono muscular y la ausencia de actividad empeoran el pronóstico de la dermopaniculosis por la aparición concomitante de complicaciones como: varicosidades, equimosis, hipotensión ortostática, edema…
Celulitis edematosa o acuosa:
Es la más grave, pero también la menos frecuente. Se manifiesta como un aumento del volumen de las extremidades inferiores. Estas partes sin llegar a mostrar una deformidad evidente, adoptan a edades muy tempranas (pubertad) un aspecto totalmente recto, como de una columna. La deficiente vascularización de las piernas, la sensación de dolor y pesadez y el edema dificultan la deambulación. Por ello,resulta una modalidad de celulitis altamente incapacitante. En estos casos, el abordaje anticelulítico debe combinarse con la aplicación de medidas para mejorar la circulación de retorno.
Celulitis mixta:
Implica la coexistencia de las anteriores modalidades en diferentes zonas corporales de una misma persona.
Dejar una Respuesta