En ocasiones, aunque hagamos algo de deporte y mantengamos una dieta equilibrada y saludable, no conseguimos eliminar esa grasa que rodea nuestro vientre a modo de ‘flotador permanente’ ni la molesta celulitis… ¿Y esto a qué se debe?
Lo primero que debes saber es que la grasa, el componente de nuestro organismo más detestado e incomprendido, no está ahí porque sí para acumular calorías. Existen diferentes tipos de grasas y algunas, al contrario de lo que solemos pensar, nos pueden ayudar a adelgazar. Es más, la grasa marrón incluso puede convertir tu cuerpo en una máquina de quemar calorías.
“El truco es entender la diferencia entre los tipos de grasas y mantenerlos en equilibrio con la dieta, ejercicio y un poco de sentido común.
Hay tres tipos de grasas y cada una tiene su función. Aprende sus beneficios y aportaciones para la salud, adapta tu alimentación y ritmo de vida a sus necesidades, y conseguirás perder peso.
La grasa subcutánea
Se trata de la grasa que se acumula debajo de nuestra piel. Puede estar en cualquier lugar, desde piernas, vientre o brazos o detrás de las orejas. Entre sus funciones, además de almacenar energía y proporcionar el relleno esencial que protege nuestro cuerpo, está la de generar adiponectina: la hormona que ayuda a regular la producción de insulina.
“Paradójicamente, cuanto más gordo estás produces menos adiponectina, por lo que el cuerpo tiene problemas para regular la insulina y, en consecuencia, aumenta el riesgo de enfermedades del corazón y la diabetes
– ¿Cómo se quema?
Reducir la ingesta de calorías siempre ayudará a perder peso pero para quemar grasas además hay que moverse. Y no estamos hablando de correr maratones o pasar horas en el gimnasio
Según un estudio publicado el pasado mes de agosto las personas que van al trabajo andando o en transporte público tenían un 1.5% menos de grasa corporal que los que van en coche. “Sólo con caminar desde la estación de tren o autobús hasta la oficina, podemos quemar un promedio extra de cientos de calorías al día”,
La grasa marrón
Como decíamos, esta grasa es mucho más positiva que negativa. La conocida como grasa buena se acumula principalmente alrededor del cuello, clavícula y pecho.
“Durante años los científicos habían asumido que estaba principalmente presente en bebés para ayudarles a mantener el calor y que desparecía gradualmente durante la infancia. Pero en 2009 nuevos estudios revelaron que algunos adultos todavía tienen células marrones”
Se dice que la grasa marrón ayuda a quemar grasas porque se activa metabólicamente cuando nos exponemos a temperaturas frías ayudando a consumir energía. “Dado que la grasa marrón se utiliza para generar calor, ayuda a quemar más calorías en reposo”,
¿Cómo se quema?
Prepárate para tiritar: la grasa marrón se activa con el frío. Un estudio publicado en encontró que las personas que pasaron entre 10 y 15 minutos a temperaturas inferiores a 60 grados, producen una hormona llamada irisina que transforma las células de grasa blanca haciendo que actúen como si fuesen grasa marrón.
Así, el efecto del frío es similar a una hora de ejercicio moderado a temperatura más caliente. Buenas noticias también para tu factura de gas: si mantienes el termostato con temperaturas medias generarás hasta un 40% más de grasa marrón.
La grasa visceral
Es la que se encuentra debajo del vientre y se encarga de rellenar los espacios alrededor de los órganos abdominales. No, no es el mollete que rodea tu cintura. No puedes agarrarla ni sentirla porque está debajo de la grasa subcutánea y de la grasa de reserva.
Se la conoce como la grasa tóxica porque segrega proteínas inflamatorias llamadas citoquinas que afectan a la producción de insulina haciendo que todo el cuerpo se inflame aumentando el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y enfermedades del corazón. Vamos que el adjetivo “tóxica” no es gratuito.
La grasa visceral sólo se puede medir mediante una resonancia magnética o una tomografía computerizada, pero también hay un truco casero con el que te ahorrarás la visita al médico: “Coge una cinta métrica y enróllala alrededor de tu cintura: si tu abdomen tiene un volumen de más de 89 centímetros es probable que tengas un exceso de grasa corporal”
Según un estudio elaborado por la Clínica Mayo las mujeres que tenían un contorno de cintura superior a los 94 centímetros eran más propensas a padecer enfermedades cardíacas o respiratorias.
“Cuando una mujer que ha sido delgada la mayor parte de su vida gana entre 4,5 y poco más de 9 kilos al llegar a los 40 años, puede que no se trate de sobrepeso sino de que la grasa visceral esté añadiendo peso extra
– ¿Cómo se quema?
Para quemar la grasa visceral es esencial una dieta equilibrada basada en la ingesta de proteínas y el control del consumo de grasas y carbohidratos. Debemos acompañar esta alimentación de ejercicio, y en este caso el cardiovascular será el que nos ayude a deshacernos de ‘la tóxica’ de la forma más efectiva.
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