La herramienta principal para ayudar a las personas a ser conscientes de lo que comen –algo que, según Escauriaza, supone el 90% del trabajo– es la meditación. Uno de los ejercicios más comunes de los métodos de alimentación consciente consiste en invitar a los participantes a comer una mandarina, o un puñadito de pasas, en 20 minutos. Sí, es mucho tiempo, pero según los promotores de la alimentación consciente, sólo así podemos experimentar todo lo que rodea al acto de comer para valorarlo justament e. En este tiempo podemos mirar la fruta, reflexionar sobre ella, tenerla entre nuestras manos, llevarla a nuestra boca, masticar pacientemente y disfrutar de su sabor. Parece aburrido, pero Escauriaza explica que este tipo de ejercicios nos ayudan a descubrir todo lo que nos estamos perdiendo por comer de forma automática.
Nos han metido en la cabeza que tenemos que acabarnos siempre el plato, un dogma que no resuelve nadaUna vez que el método está interiorizado no hace falta comer tan lento, 20 minutos es suficiente para toda una comida, pero sí es necesario seguir una serie de normas, como comer lento, en un lugar adecuado –está absolutamente prohibido comer enfrente del ordenador o la tele–, saboreando cada bocado y acabando en el momento en que no tenemos más hambre. Este último punto, tal como cuenta Escauriaza, es de larg o el que más nos cuesta a los españoles, que estamos educados ferozmente para no dejar ni una miga en el plato: “Nos han metido en la cabeza que tenemos que acabarnos siempre toda la comida. Es un dogma, una creencia que no tiene nada que ver con los pobres de África y que no resuelve nada a nadie. Es algo que tenemos que trabajar con nuestros alumnos. La primera semana tienen que dejar algo en el plato y tirarlo, para que rompan el hábito. Les decimos que pongan un euro en una hucha cada vez que se dejan algo y se lo den a una ONG. Eso ayuda mucho más que comérselo todo. Comer conscientemente es a la larga más responsable, pues se acaba comiendo menos y dando más valor a la comida”.
7 PASOS PARA ALCANZAR UNA ALIMENTACIÓN ‘MINDFUL’
1. Cada vez que comes, preguntate para qué vas a comer
Si la respuesta es que te aburres o quieres descansar, no comas. Trata de resolver esos problemas de otra forma.
2. Si te entra hambre, primero bebe agua
En ocasiones no sabemos distinguir entre el hambre y la sed, y acabamos comiendo cuando deberíamos estar bebiendo. Si te entra hambre prueba antes a beber un vaso de agua, en ocasiones esta desaparece.
3. Come saboreando
Come de todo, disfrutando lo que puedas, como si cada plato estuviera preparado por Ferran Adrià.
4. Entre bocado y bocado deja el tenedor en la mesa
Es un hábito que debes trabajar. Cada vez que masticas debes concentrarte en la comida, no en pinchar un nuevo bocado. Si cuando estás comiendo el tenedor no está sobre la mesa es que estás haciéndolo mal.
5. Come en un sitio concreto y agradable, sin televisión
Prepara la mesa en un sitio agradable, siéntate a com er y céntrate en ello. Recupera el rito de la comida. No comas nunca en el sofá, ni viendo la tele.
6. Visualiza tu objetivo
Imagina cómo quieres estar en unos meses. Siente que estás allí. Piensa que todo lo que has logrado en tu vida lo has logrado porque te lo habías propuesto antes. Si quieres adelgazar tienes también que imaginártelo.
7. Oberva quién acaba el último de comer y acaba después de él
Para comer emplea como poco 20 minutos. Si comes acompañado, trata de acabar el último. Piensa en tus amigos. ¿Quién acaba siempre el último de comer? ¿Tiene sobrepeso? Lo más probable es que no.