- Antes de empezar hay que asegurarse de que la dieta tiene soporte científico.
- Hay que seguir la dieta mediterránea: “Si tenemos un patrón tan bueno” usémoslo.
- Repasamos nueve dietas que no debemos seguir, desde la mental a la de última oportunidad, pasando por la de Hollywood.
Si decidimos ponernos a régimen, debemos asegurarnos de que éste tiene un soporte científico que, por supuesto, nada tiene que ver con la magia. Hay que apartar los mitos adelgazantes de nuestra vida. Lo único que acarrean son problemas de salud.
La palabra milagro asociada a la pérdida de peso debe alertar a todo el mundo. En su lugar, los endocrinos y expertos en nutrición recomiendan beber mucha agua y seguir un buen plan de adelgazamiento, elaborado sobre premisas razonables, y completado con un plan de ejercicio físico
Y ante todo, sentido común. La doctora Clotilde Vázquez, jefa del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Ramón y Cajal, recomienda comer de todo y seguir la dieta mediterránea: “Si tenemos un patrón tan bueno, comamos con ese patrón”.
Vázquez afirma que la palabra “milagro” asociada a la pérdida de peso “debe alertar a todo el mundo”. Este tipo de dietas son desequilibradas y producen efecto rebote, es decir, conseguir después más peso del que teníamos. La doctora repasa algunas de esas dietas que no debemos seguir.
Las monodietas
Se basan en el consumo de un único tipo de alimento. Por ejemplo, sólo patatas, sólo pomelos, sólo alcachofas o sólo gazpacho. Aportan muy poca energía.
Consecuencias: no cubren en absoluto las necesidades de los nutrientes. Son monótonas y dañinas para la salud. Provocan flatulencias, cólicos intestinales, vientre hinchado y diarrea. Algunas, como la de la manzana, generan una sensación de hambre agobiante. Además, ésta y otras dietas drásticas producen trastornos de la conducta alimentaria (anorexia, bulimia).
Dietas líquidas
Comer está prohibido. Sólo se puede beber. Algunos ejemplos son la dieta de la leche, la dieta de las infusiones y la más curiosa, la dieta de la cerveza.
Consecuencias: aparte de una insoportable sensación de hambre, provoca hipofuncionalidad digestiva y flatulencias, entre otros.
Dieta cero o ayuno terapéutico
Dieta hipocalórica extrema que implica no comer nada, solo líquidos, una especie de ayuno total. Un estudio reciente demuestra que más del 5% de las mujeres americanas la siguen cuando quieren perder peso.
Consecuencias: es muy peligrosa, sobre todo si no hay una mínima hidratación. Causa trastornos metabólicos, náuseas, vómitos, diarreas, arritmias, insomnio y ansiedad. Si se hace sin vigilancia, puede provocar muerte súbita. La doctora explica que llega un momento en el que las personas que siguen esta dieta apenas pierden peso, porque el organismo se adapta a no comer. Luego se produce un efecto rebote.
Régimen de Antoine
Dieta disociativa cuya regla de oro es no mezclar alimentos. Cada día se dedica a un grupo de alimentos, y se puede tomar tanta cantidad como se quiera. Por ejemplo, el lunes sólo carne, el martes, verduras, etc. El régimen se realiza durante una semana completa al mes.
Consecuencias: deterioro del funcionamiento normal del intestino, dado que hay días en los que no hay aporte de fibra o hidratos de carbono, y otros en los que hay sobrecarga de los mismos. Es una dieta disparatada, sin ninguna base científica.
Dieta de Montignac
Desaconseja las mezclas de lípidos e hidratos de carbono y elimina los alimentos que en su composición tengan dos macronutrientes, como la leche. Nada de el azúcar; el aporte glucídico sólo está permitido si procede de alimentos ricos en fibra. La fruta al final de las comidas es veneno, porque si se consume con lípidos y proteínas, queda retenida en el estómago y no se digiere. Debe consumirse sola. El pan (excepto el integral), las patatas, la pasta y el arroz están estrictamente prohibidos.
Consecuencias: se basa en premisas falsas, como que un exceso de peso se debe a un mal funcionamiento del páncreas.
Dieta del plátano
Forma parte de las dietas excluyentes y es rica en hidratos de carbono, sin proteínas ni grasas. Consiste en consumir 5 plátanos al día junto con leche desnatada, verduras, ensalada y carne de ave.
Consecuencias: trastornos intestinales como flatulencias o diarrea, consecuencia de un aporte excesivo de fibra. Además, provoca carencias de ciertos nutrientes como el hierro. Su alto contenido en hidratos de carbono nos sacia de momento, pero pronto volvemos a tener hambre, debido a su bajo nivel proteico.
Dieta de Hollywood
La “tatarabuela” de las dietas hiperproteicas. Su origen se remonta a los años 20. Prescinde de todo tipo de hidratos de carbono y grasas. Prohíbe los embutidos, las legumbres, todo tipo de dulces, azúcar, aceite, mantequilla y frutas (excepto los cítricos).
Consecuencias: al ser extrema, es culpable de déficit importantes. Puede causar cetosis y problemas renales. Ninguna dieta que quite los hidratos de carbono va a ser sana.
Dieta de la última oportunidad
‘The last chance diet’ propone tomar proteínas en polvo y complementarlas con tabletas de vitaminas y minerales.
Consecuencias: es peligrosa. Provoca sobrecarga renal, riesgo potencial sobre el hígado, y anula el apetito. Además, aumenta las posibilidades de sufrir osteoporosis en mujeres con menopausia, ya que reduce la absorción del calcio.
Dieta mental
“Imagínese delgado, sea delgado”. Plan para adelgazar modificando las estructuras mentales. Se emplean técnicas basadas en la relajación y autoestima, que prometen controlar el peso en 21 días. Según su autor, el cuerpo obedece a la mente. Por eso, hay que imaginarse delgado, “porque la mente subconsciente traduce las imágenes mentales a la realidad física”.
Consecuencias: no tiene base científica, lógica, ni desde luego nutricional. Aún así, la endocrina cree que algunas prácticas de ese tipo “no están mal” como recomendación. “Es verdad que relajarse ayuda a adelgazar. El estrés provoca más ganas de comer, mayor tendencia a acumular. Y toda técnica de automotivación es un buen consejo que complementa la dieta”.
Dieta de la Clínica Mayo
Dieta hipocalórica que no tiene nada que ver con la Clínica Mayo, pero utiliza su nombre para obtener prestigio y seriedad. Es muy baja en calorías (600-800kcal), y recomienda consumir entre 4 y 6 huevos al día. Prohíbe los productos lácteos.
Consecuencias: grave déficit de calcio. Es muy desequilibrada y desaconsejable, sobre todo para personas con niveles altos de colesterol. No cubre ni el 30% de las ingestas recomendadas.
Las zanahorias son uno de los vegetales preferidos debido a su versatilidad en la cocina y su contenido nutricional. Las zanahorias son el ingrediente común en los estofados, sopas, salteados y ensaladas. El desarrollo de diversos productos a base de zanahoria y de productos frescos, como las zanahorias bebé, han contribuido a que las zanahorias formen parte de un snack saludable en las loncheras.
CONTENIDO NUTRICIONAL
Las zanahorias contienen una cantidad apreciable de
hidratos de carbono y un alto contenido en fibra (soluble
e insoluble), la cual ayuda a normalizar el tránsito
intestinal, evitando el estreñimiento y protegiendo frente al
cáncer de colon y la enfermedad cardiovascular.
Asimismo, las zanahorias son una buena fuente de
vitaminas y minerales, como la provitamina A, vitamina
C, folato, colina, calcio y magnesio.
BENEFICIOS A LA SALUD
Las zanahorias son ricas en carotenos (beta caroteno, alfa caroteno), compuestos que le dan el color anaranjado y que el hígado transforma en vitamina A. Esta vitamina es necesaria para el buen funcionamiento de la retina y especialmente para la visión nocturna, para mantener un buen estado de la piel y mucosas y, además, promueve la resistencia del cuerpo hacia las infecciones. Por otro lado, los carotenos tienen un gran poder antioxidante.
Las zanahorias también contienen luteína, un carotenoide que ha sido asociado con la prevención del riesgo de infarto de miocardio e infarto cerebral. Además, la luteína podría prevenir el daño oxidativo en los ojos inducido por la luz y proteger así frente a enfermedades como cataratas y degeneración macular senil.
UN BUEN BRONCEADO PARA EL VERANO
El betacaroteno que se encuentra en las zanahorias ayuda a la
producción de melanina en el organismo. La melanina es la
responsable del oscurecimiento de la piel al ser sometida a la luz solar.
Por tanto, el betacaroteno promueve el bronceado, ayuda a
mantenerlo y ayuda a la piel a protegerse contra los rayos UV.
También puede curar quemaduras producidas por el sol. Una mascarilla de
pulpa de zanahoria favorece a una piel tersa y a prevenir o eliminar arrugas.
La radiofrecuencia es un tratamiento que se lleva empleando desde hace varios años como uso terapéutico en cirugía. Sin embargo hoy en día está considerado uno de los tratamientos más avanzados y eficaces en la lucha contra la celulitis y la flacidez corporal en zonas como el abdomen, glúteos, piernas y otras áreas.
La radiofrecuencia actúa sobre la piel produciendo calor que afecta directamente al tejido graso subcutáneo. Este calentamiento se produce desde la capa más profunda de la piel hacia la más superficial.
VENTAJAS DE LA RADIOFRECUENCIA
El calor producido por este tratamiento favorece:
- Una mejora de la circulación sanguínea en la zona que produce una optimización del metabolismo tanto del tejido graso subcutáneo como de la piel.
- El drenaje linfático, lo cual disminuye los líquidos y las toxinas que se encuentran adheridas a los adipositos del tejido que produce la celulitis
- La formación de colágeno, en la piel y en el tejido subcutáneo. El colágeno es un elemento natural que proporciona juventud y tersura a la piel. Mediante la radiofrecuencia podremos aumentar la capacidad del cuerpo para generar nuevo colágeno.
Habitualmente la radiofrecuencia suele realizarse en varias sesiones de una duración de 20 minutos aproximadamente, aunque puede extenderse hasta 1 hora dependiendo de las zonas que se van a tratar. Es totalmente indoloro y no requiere anestesia, aunque si el profesional lo requiere pueden darse medicamentos para mitigar posibles molestias.
TRATAMIENTOS QUE USAN ESTA TÉCNICA
Actualmente existen tratamientos que combinan esta y otras técnicas en un mismo aparato, como es el caso de VelaSmooth que ofrece en un solo tratamiento un completo uso de la radiofrecuencia, infrarrojos, vacumterapia y masaje. Sin duda una alternativa bastante tentadora considerando que los efectos combinados de VelaSmooth superan con creces a los de la radiofrecuencia por sí sola.
La sensación que tiene el paciente al someterse a una sesión de radiofrecuencia es de calor, ya que la energía está penetrando en las capas intermedias de la piel y de este modo, se estimula el colágeno y se reafirma la piel.
Una vez terminada la sesión, se aplica un gel de aloe vera en las zonas que se han tratado y el paciente podrá hacer vida cotidiana inmediatamente, tan solo debe evitar el sol y los rayos UVA durante 48 horas.
El principal requisito para que la depilación láser sea eficaz es que sea llevada a cabo por profesionales que garanticen la salud de la piel del paciente y, por tanto, un mínimo riesgo para la misma. No obstante, esto no quiere decir que el paciente no deba seguir una serie de pautas para que esto se cumpla.
Aquella persona que opta por someterse a la eliminación definitiva del vello también tiene una responsabilidad en el éxito del proceso que no debe perder de vista. Esta consiste en seguir una serie de indicaciones a la hora de afrontar la depilación láser como pueden ser la distancia entre las sesiones o la toma de precauciones antes de exponerse al sol entre las mismas.
En primer lugar, el vello ha de estar presente a la hora de depilar puesto que es en el tallo piloso donde hay una mayor densidad de melanina y por este motivo guardar los tiempos adecuados entre sesión y sesión es imprescindible. Antes de comenzar, además, hay que rasurar el vello para que no sobresalga ninguna parte que pueda captar la luz destinada al interior.
Puesto que a medida que se realizan sesiones de láser el vello va desapareciendo los tiempos entre sesión serán más grandes cuanto más sesiones se hayan llevado a cabo. El número concreto de las mismas depende de la zona y de las características del vello de cada paciente por lo que es imprescindible que el profesional competente realice un estudio adecuado de cada persona que opta por someterse a la depilación.
Por otro lado, si la piel está morena se corre el riesgo de que la luz láser la queme por lo que tampoco es conveniente asistir a la sesión con un bronceado reciente. En cualquier caso, es competencia del centro de estética informar al paciente de todos estos aspectos aunque, eso sí, es a él a quien le corresponde tenerlos en cuenta.
La mesoterapia es, simplemente, una técnica médica que intenta aproximar el lugar del tratamiento al lugar de la patología
La máxima por la que se rige este novedoso tratamiento es “poco, pocas veces, en el lugar adecuado”. La mesoterapia es, simplemente, una técnica médica que intenta aproximar el lugar del tratamiento al lugar de la patología, por lo que será necesaria una mínima dosis para lograr el efecto deseado.
El doctor francés Michel Pistor, en los años 50, comenzó a utilizar una técnica que consiste en aplicar microinyecciones de medicamentos directamente en la zona afectada y en la profundidad correcta. Dada su precisión, con poca cantidad se consiguen resultados impresionantes, sin efectos secundarios. El objetivo inicial en medicina estética era atajar el recurrente problema de la celulitis. Pero se ha extendido a campos tales como revitalización del rostro, alopecia, rehabilitación por lesiones deportivas o el tratamiento contra el dolor.
La eficacia de este sistema se ha perfeccionado en lo que se conoce como dermoporación, electroporación o mesoterapia virtual que introduce esos mismos principios activos mediante ondas electromagnéticas. Indolora, relajante y sumamente efectiva se puede aplicar en cualquier parte del cuerpo, excepto en el pecho. También está contraindicado en pacientes con infecciones intestinales agudas, cáncer, diabetes, enfermedades cardíacas, hipertensión, inflamaciones venosas o úlceras en la piel, estar embarazada o llevar marcapasos.
Tiene un efecto tensor y reafirmante por lo que sirve para eliminar arrugas en cuello y rostro, y eliminar líneas y combatir la flacidez. Otro efecto positivo es eliminación de las “piernas cansadas”, ya que consigue una regeneración celular del tejido.
El tratamiento se divide en series de 10 sesiones de 40 a 60 minutos y los efectos se notan enseguida. Hay algunas variaciones dentro de esta técnica: sonoforesis (mediante energía ultrasónica), electroforesis (carga eléctrica), iontoforesis (iones y moléculas ionizadas mediante corriente galvanizada), hidroelectroforesis (corrientes pulsadas) o crioelectroforesis (corriente eléctrica pulsada).
La llegada del Día de los Enamorados se acerca y es cierto que siempre hace ilusión que en esta ocasión alguien especial te sorprenda con un regalo. ¿Qué tal regalar un poco de belleza?
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Para toda mujer que se casa, mostrar una piel suave y tersa es el mejor complemento para su vestido de boda. La flacidez en los brazos o la celulitis son dos de las problemáticas más comunes entre las mujeres, pero que son fácilmente tratables con la aparatología y cosmética adecuada.
La flacidez de la piel se presenta cuando ésta pierde firmeza y elasticidad, mostrándose “despegada” del cuerpo, arrugada y caída. Este proceso se debe a la disminución de la presencia de ciertas sustancias como el colágeno y la elastina, componentes esenciales para el sostén del tejido y mantener su firmeza y elasticidad originales.
Ciertas zonas del cuerpo de la mujer son más propensas a la flacidez que otras, siendo las áreas más afectadas los glúteos, los muslos, la cara interna de las piernas y los brazos. Existen numerosos factores que influyen en su aparición: desde los cambios morfológicos que se van produciendo a lo largo del tiempo, provocando un menor recambio de las estructuras de soporte como son el colágeno y la elastina, a la pérdida de capacidad de recambio de algunas de nuestras células; pasando por condiciones externas y los hábitos tóxicos como el tabaco, el alcohol o el exceso de sol, e incluso la falta de ejercicio y tono muscular.
Pero, sin duda, la razón principal para la aparición de la flacidez es la ley de la gravedad. No toda nuestra piel tiene la misma composición, por lo que el propio peso de la estructura del tejido produce la caída del mismo.
Combatir la flacidez
Para poder determinar el mejor tratamiento con el que combatir la flacidez, en primer lugar se debe realizar una exploración completa y una valoración del estado de los tejidos. Hay que tener en cuenta que, dejando de lado los factores externos, nuestro cuerpo tiene en su origen un porcentaje determinado de estructuras elásticas, siendo ése el límite de resultados que podemos conseguir. Por ejemplo, si en edad juvenil contamos con un 60% de estructuras elásticas, tras perder firmeza con la edad no podremos superar ese 60% inicial mediante los tratamientos.
En función de los resultados del análisis y de la valoración de los hábitos alimentarios de la clienta elaboraremos un plan personalizado para el tratamiento. Normalmente, se combinan un plan de alimentación recomendada con técnicas de aparatología en las zonas afectadas, pautando tratamientos de duración variable. Algunas de las técnicas más efectivas contra la flacidez son:
– Mesoterapia: mediante la microinyección de diversas sustancias cosméticas debajo de la piel de las zonas afectadas, el especialista controla en todo momento la dosis y el punto de inserción, consiguiendo un tratamiento muy preciso de la piel flácida.
– Electroestimulación: mediante ultrasonidos de diversas potencias y distintas frecuencias eléctricas, la bioestimulación o electroestimulación médica provoca la estimulación del sistema nervioso autónomo y demás tejidos, reactivando el metabolismo local de la zona tratada. De esta manera, la piel se regenera y se retensa, dando marcha atrás en el proceso de caída.
– Radiofrecuencia: a través de un electrodo y con la aplicación de calor, se activa la acción del colágeno de las capas más profundas de la piel, consiguiendo un tensado del tejido cutáneo y activando al mismo tiempo la nueva formación del propio colágeno y de las demás sustancias estructurales de la dermis.
Es recomendable combinar los distintos tratamientos según la zona a tratar, el nivel de flacidez que presente y la historia clínica del cliente, construyendo un procedimiento lo más individualizado posible para cada caso particular.
La temida piel de naranja
La celulitis es una alteración del tejido subcutáneo que se acompaña de cambios en la microcirculación del tejido conjuntivo, dando lugar a modificaciones morfológicas, histoquímicas y bioquímicas del tejido, y que suele apreciarse como una rugosidad abultada en la piel. Normalmente, las áreas donde hacen acto de presencia estos cúmulos de grasa son las zonas localizadas como las rodillas, las piernas, los tobillos, la cintura, la cadera y los glúteos.
No existe un origen reconocido para la celulitis, sino que más bien se trata de un conjunto de factores hormonales, endocrinos, bioquímicos, hereditarios e incluso raciales que propician su aparición. También las malas costumbres que obstaculizan el tráfico intestinal o el retorno venoso allanan el terreno para la aparición de la celulitis. Así, existe una relación entre los hábitos tóxicos (alcohol, tabaco,…) y los hábitos desordenados de comida con el brote de la piel de naranja, del mismo modo que la ropa muy ceñida causa problemas circulatorios que favorecen su aparición. También el estrés y la ansiedad pueden ser causantes de celulitis, entre muchos otros factores, ya que en esos momentos el cuerpo libera a la corriente sanguínea gran cantidad de productos químicos.
Guerra a la celulitis
Como en el caso de la flacidez, antes de tratar la celulitis hay que hacer un diagnóstico completo de la clienta y analizar en qué fase se encuentra su problemática. Existen hasta cuatro etapas en la celulitis, según la profundidad de los cúmulos de grasa, y cada una requiere de distinto acercamiento.
Para tratar este problema es imprescindible hacerlo desde tres frentes: erradicando su causa, actuando sobre el mecanismo que lo produce y tratando las lesiones que se hayan producido. Las técnicas que se han comentado anteriormente (mesoterapia, electroestimulación y radiofrecuencia) resultan ideales para tratar la celulitis, pero existen otras para ayudar a combatirla:
– Presoterapia: este tratamiento realiza un masaje circulatorio a través de un equipo que se hincha por fases, tonificando los músculos y estimulando los sistemas venoso y linfático, por lo que elimina mayor cantidad de toxinas. Es una técnica muy indicada para trastornos de insuficiencia vascular, varices, celulitis, obesidad, edemas o linfedema, entre otras patologías.
– Endermología: la base de esta técnica es un masaje mediante rodillos combinado con una aspiración de la superficie de la piel que desbloquea los sistemas vascular y linfático. De este modo se reestructura el tejido conjuntivo y se facilita la eliminación de toxinas y líquido, consiguiendo disminuir el volumen y mejorar el aspecto general de la piel de naranja gracias al efecto de tonificación y reafirmación.
– Vibroterapia: mediante el uso de plataformas vibratorias específicamente diseñadas para ello se estimulan los músculos, produciendo contracciones musculares reflejas que activan el metabolismo e incrementan el riego sanguíneo. De este modo se mejoran también el retorno venoso y el tono muscular, además de producir otros efectos que inciden a nivel de tonificación y rejuvenecimiento muscular, anticelulítico, drenaje linfático, aumento de la microcirculación periférica, remodelación de la musculatura corporal y reequilibrio postural.
Es muy importante que todos estos tratamientos tengan un mantenimiento en casa basado en productos cosméticos antiflacidez y anticelulíticos; estos contribuirán a que la clienta vea aún más los resultados y se sienta más satisfecha con la aparatología aplicada.
Un estudio reciente revela que el consumo de cerezas podría ayudar a reducir el riesgo de padecer ataques de gota entre un 35 a 75 por ciento. Participaron en este estudio 633 pacientes que habían sufrido ataque de gota en los últimos 12 meses, y durante un año se recopiló información sobre la evolución de la enfermedad en pacientes que consumían cerezas de forma habitual.
De los 633 pacientes 224 manifestaron que consumieron cerezas naturales durante el año, mientras que 15 indicaron que consumían extracto de cereza y 33 ambos productos.
Se recopiló información de 1.247 ataques, casi dos por paciente, y se logró determinar que el consumo de cerezas dos días a la semana estaba asociado con una reducción de padecer un ataque de gota de alrededor de 35 por ciento. Además se identificó que el consumo de extracto de cerezas permitía reducir el riesgo en un 45 por ciento y el consumo combinado de ambos productos hasta un 37 por ciento.
Se identificó además que el mayor beneficio se obtenía al combinar el consumo de cerezas naturales con el medicamento para la gota allopurinol (Lopurin, Zyloprim), logrando con esta combinación una reducción del riesgo de hasta 75 por ciento.
El autor principal del estudio advierte que los resultados no prueban que las cerezas eviten los ataques de gota. “Pueden comer todas las cerezas que deseen, pero sin abandonar el tratamiento médico”, dijo Yuqing Zhang, profesor de la Facultad de Medicina de Boston University.